Mamá:
Una vez más te vuelvo a escribir y espero que esta vez
lo leas.
Estoy convencida de que tú y yo hemos de haber hecho
algo realmente malo para que nos tocáramos mutuamente en la vida porque otra
razón no encuentro a que el destino haya puesto a dos mujeres con tal carácter
a convivir en una misma casa.
Tengo que agradecerte de antemano todo lo has hecho por
mí y por mi hermano; imagino que no ha de ser fácil el habernos criado mientras
trabajas, aún en la actualidad, y más sin un apoyo constante de alguien más.
Todos esos años de cuidarnos, protegernos, darnos de comer y consentirnos con
tantas cosas (en algunos casos, innecesarias), regañarnos, discutir, compartir
con nosotros tus conocimientos e historias, sobrevivir a tantas situaciones tan
adversas y difíciles…
También sé que piensas que no te valoro lo suficiente,
no sé de dónde sacaste esa idea pero es todo lo contrario a lo que opino de ti:
en realidad no podría estar más agradecida de que me hayas tocado como madre y
puedo decir que estoy enormemente orgullosa de todo lo que has logrado, aunque
a mi parecer merecerías mucho, mucho más; y de todo lo que aún tienes por
lograr.
Tengo que agregar que como un “Ente Criador”, por así
decirlo, conformas la parte más importante; pero mi papá, de cierta manera
también nos ha apoyado –aunque no lo te guste aceptarlo- tal vez no de la
manera que tu querías pero no has sido en absoluto una madre soltera; mi abuelo
asimismo formó al “Ente Criador” en casi su totalidad en mis primeros 6 años… y
al final tengo que agregar a algunos de mis tíos y tías en los que te has
apoyado para salir adelante de la mejor manera posible.
Por último, no te diré que eres la “mejor madre” porque
tampoco soy la “mejor hija” y creo que eso va de la mano, y nunca lo seremos
pero eso también es parte de lo que le da “saborcito” a la vida. Solo me queda
recordarte lo mucho que te quiero y te necesito.
¡Feliz día de la Madre!, mamá.
Enya Larissa Cruz Morales.
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