La espera era mucho, tenía una emoción
contenida por Arieles el sábado y aunque no sabía bien como seria todo tenía la
mente
en positivo de que estarían increíbles, ir todos guapos. Ver a los
hombres con traje y a las mujeres esforzándose por verse lo más bonita
posibles, ya tenía pensado que vestido me pondría, solo me hacía falta el
peinado; ya que por el maquillaje no solía preocuparme pero algo sucedió que
sacudió mi vida y no se me dio la oportunidad de ir, tuvieron que interferir quirúrgicamente
ya que la apendicitis decidió hacerse presente dejándome en cama pero
principalmente sin darme la oportunidad de ir a los Arieles que tanto esperaba.
Me di a la tarea de investigar como habían
estado y al escuchar los comentarios de mis amigos no me sentí tan mal de no
haber ido, dijeron que fue divertido pero nada del otro mundo, aunque sí estuvo
muy cansado más para las mujeres con los tacones dijeron que disfrutaron de
sobre manera ver a los artistas que aunque no supieran su nombre se sabía en qué
películas actuaban. También mencionaron que la comida que les dieron fue poca
pero no hubo tanto problema como con el poco tiempo que se les dio para
comérselos, al parecer sufrieron un poco mientras yo me encontraba en cama
sufriendo de otra manera y deseando haber estado ahí con todos tanto
disfrutando como sufriendo por lo tacones.
Desde mi punto de vista los Arieles son justo
las cosas que necesitamos en México, promover de una u otra forma el cine
mexicano, siento que los compañeros que fueron disfrutaron el evento pero yo lo
hubiera disfrutado mucho más por no poder ir, dicen por ahí que uno desea lo
que no puede tener, espero tener la oportunidad de ir en los siguientes, ya que
es una experiencia que me encantaría vivir.
Eva Moncluth
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