El divorcio es un proceso muy complicado la mayoría de las veces ya que puede que una persona no este de acuerdo al menos que sea voluntario.
En toda relación siempre hay complicaciones pero ¿Que es lo que hacen las persona despues de este proceso?
Cuando
una pareja llega a su fin, algunos optan por terminar la relación en paz y
armonía, sobre todo si hay hijos de por medio. Pero en muchos casos, el
divorcio termina desatando una batalla campal entre ambas partes donde
parecería que termina ganando el que más daño le puede provocar al otro.
1.
El divorcio es un duelo.
"Como
tal, debemos considerar que pasaremos por diferentes etapas que van desde la
negación, el enojo, la fantasía, la depresión y, por último, la aceptación del
rompimiento. Si entendemos que se vivirá este proceso de duelo, podemos ser
capaces de llegar en menor tiempo a la etapa final (la aceptación) de una
manera más saludable. Recordemos que el duelo es una cuestión personal, e
incluye el perdón de los errores cometidos por uno mismo y también los de la
otra persona".
2.
Romper con el círculo de la violencia.
"Si
durante el matrimonio existió violencia de una o ambas partes -ya sea física,
psicológica, emocional, económica o de cualquier otra índole- lo más probable
es que ésta se haya replicado mientras duró la relación y, más aún, durante el
divorcio. Rompe con éste círculo, no lo continúes. Recuerda que, para hacer el
amor o la guerra, se necesitan dos. No te permitas ser generador o receptor de violencia
de cualquier tipo".
3.
Sentido de propiedad.
"Aunque
la pareja ya no se encuentre unida, es muy común que se continúe pensado que la
otra persona nos pertenece, que sigue siendo parte de nuestra vida. En mi
consultorio todavía me asombra cómo, pacientes que se divorciaron hace cinco o
diez años, se siguen refiriendo a su ex pareja como 'mi esposo' o 'mi mujer'.
Acéptalo, nos ha costado mucho trabajo como humanidad entender que las personas
no somos cosas: no pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece".
4.
Inicia nuevos proyectos.
"Es
común que, durante el proceso de divorcio, creamos que no somos capaces de
continuar con nuestra vida, pero en realidad sucede lo contrario. Inicia nuevos
proyectos, sigue con los que tenías, cambia tus rutinas para adecuarlas a la
nueva situación y, lo más importante, evita voltear a ver qué está haciendo o
dejando de hacer el otro. Esto incluye una nueva relación. Regálate nuevas
oportunidades de éxito y de fracaso".
"No
son de tu propiedad, pero son un compromiso de por vida. Sigue cumpliendo con
tus deberes y obligaciones, lo más sano es que lleguen a un acuerdo. Si éste no
se cumple, un juez se encargará de definir las obligaciones de cada una de las
partes. Recuerda que los menores no tienen ninguna culpa de los problemas de
los adultos: tras una ruptura debes mejorar la calidad del tiempo que pasas con
tus hijos y adaptarte a sus diferentes etapas de desarrollo. Evita hablar mal
de tu ex, esto se llama 'alienación' y es un tipo de maltrato infantil. Habla
con ellos de la situación y los términos que se acordaron. De acuerdo con su
edad, ellos tienen derecho a saber qué pasa en su entorno".
6. Mantén una relación respetuosa.
"El
respeto se traduce en responder de una forma adecuada ante las situaciones que
se nos presentan, así que impide entrar en una lucha de egos que -en la mayoría
de las ocasiones- solo impide el crecimiento personal y, en su caso, el de los
hijos. Faltarle el respeto a otra persona, es faltarse el respeto a uno mismo.
Si lo haces, deja de hacerlo y, si lo recibes, ya no lo permitas".
7. Nunca es tarde para mejorar la comunicación.
"Las
recomendaciones prácticas son: comuniquen lo necesario, previo acuerdo del tema
a tratar; mantengan una actitud asertiva; lleguen a pactos con fechas y lugares
a cumplir, eviten sacar a la luz reclamos y acciones pasadas y, sobre todo,
sean respetuosos el uno del otro. De no ser posible, intenten que una persona
en la que confíen mutuamente los acompañe para que sirva de observador y
moderador de la plática: debe ser neutro en la situación de divorcio y con la
expectativa de mejorar la relación entre ambos".
8. No te tomes las cosas a personal.
"Uno
de los errores más comunes de las personas que llegan a mi consultorio tras un
divorcio es pensar que todo lo que hace la ex pareja es para fastidiarlos:
creen que el otro solo piensa cómo perjudicarlos y que sus intenciones son
siempre para mal. Sin embargo, la gran mayoría de estas cosas son solo
suposiciones no confirmadas. No te lo tomes a personal, evita estar observando
qué hace tu ex y enfócate en verte a tí mismo: eso es lo importante y en lo que
debes de gastar tu energía".
9. Los aspectos económicos.
"Son
precisamente 'esas cosas de las que no se habla' y que, en situaciones de
divorcio, se vuelven una verdadera pesadilla. Infórmate conforme a la
legislación de cada país para saber qué es lo que te corresponde dar o recibir
y finiquita lo antes posible este tema que es -a la larga- uno de los aspectos
que desgastan una relación después de un divorcio. La recomendación es que
pienses objetivamente en tus necesidades y la de tus hijos. De no ser posible
un común acuerdo, solicita la ayuda de un juez".
10. La vida no termina.
"Mantener
una actitud positiva es fundamental para evolucionar a una mejor calidad de
vida personal, familiar y social. Se nos dice y educa asegurando que una
crisis, como en el caso de un divorcio, es situación terrible, algo malo que
nos arruinará la vida. Y puede serlo si tu así lo decides; mantén una actitud
positiva ante la vida, todo lo que te pasa y las decisiones que tomes en su
momento son para mejorar. Una de ellas es la separación de una persona que
resultó no ser lo que esperabas. Revisa los recursos que tienes y no los que no
tienes: se te abrirá un abanico de posibilidades que ni lo imaginas".
¿Qué
se pierde?
Se
pierde la estabilidad, la unidad familiar, la contención y también puede haber
pérdidas materiales como la casa que habitaba la pareja o la familia. Además,
la posición social también cambia. La mujer pasa de ser "casada" (sinónimo
de respetable en algunas culturas extremadamente conservadoras y rígidas) a ser
la mujer "divorciada" (lo que puede tener una "mala"
connotación en ese tipo de sociedades moralistas o bien indicar
"independencia y madurez" en culturas más modernas y realistas).
El
conflicto de pareja a menudo comporta una pérdida de autoestima que hace que
las mujeres se encierren en sí mismas. Por ello se hace necesario que la mujer
pueda salir de este aislamiento y hable con personas que saben cómo tratar el
tema, y que pueden ser, inicialmente, una amiga. También la ayuda de
profesionales como abogados o psicólogos que están fuera de la turbulencia
emocional puede ser necesarios para a tomar conciencia del mismo y para valorar
su magnitud.
Podrán
comprobar que todos los aspectos del conflicto, tanto el emocional como el
económico, el social y la educación de los hijos, tienen solución y que no es
la única a la que afecta este problema. Todas las mujeres que han vivido una
crisis de pareja los han sufrido en mayor o menor medida, y tras hablar de
ello, se han reforzado emocionalmente. Informándose de sus derechos han podido
afrontar la separación con serenidad y realismo, evaluando la magnitud de la
misma e intentando comunicarse con su pareja en un plano de igualdad,
controlando la situación y con menos dolor.
Jatziry Miranda